~Capítulo 12~ Narry Storan.

Narra Niall

En fin... Creo que tengo que olvidar el tema. O no. No sé... 

Entonces oí como mi Blackberry empezó a sonar en mi bolsillo. Cogí al instante, sin mirar el número:

—Tenemos que hablar. He llamado a Harry también. No puedo seguir así.

La persona que hablaba al otro lado era indiscutiblemente Sara Martín.

—Sí, pero... ¿de qué?

Unos milisegundos después me di cuenta de que lo que había dicho era una gilipollez tremenda.

—Obvio.

—Ya lo sé, he dicho una chorrada. Bueno, ¿cuándo pues?

—Aquí, en mi casa.

—De acuerdo. ¿Está Harry contigo?

—No, pero está en camino.—dijo con una voz muy clara.—¿Acaso te importa?

—No, no. Era tan sólo por saber.

Cogí el coche, o mejor dicho, Louis cogió su coche y me llevó en él. En diez minutos estaba tocando el timbre de su casa.

Cuando entré en su habitación, vi unas sillas de madera, de las que todos tenemos en nuestras cocinas, y una pared lisa de azul claro, tan claro que era casi blanco.

—Siéntate, por favor.—me dijo con un tono casi autoritario.

Harry ya estaba allí. Tenía las manos sudadas. Muy sudadas. Estaba nervioso, y yo también, pero a mí se me da mejor ocultar esas cosas.

Sara miró la hora en su móvil y dijo:

—Perfecto. Los carceleros, también conocidos como mis padres, no llegan hasta dentro de media hora.

Durante unos segundos, un silenció incómodo invadió el cuarto.

Entonces Sara dijo:

—Voy a ser clara. No tengo ni idea de con cual de los dos quedarme. Y bueno, supongo que es más obvio que me quede con...

Harry la interrumpió.

—Antes de que lo digas, me gustaría decir una cosa.

—Adelante, no voy a decirle que se calle a Harry Styles.

Aunque estuviéramos en un momento como aquél, se me escapó una sonrisilla.

—Sara, sabes que te amo. Y sé que Niall también te ama. Y como no quiero parecer un egoísta ni nada por el estilo, y, aunque me duela, Niall, puedes quedarte con Sara si quieres.

Por un momento me quedé flipando, empecé a sonreír como nunca he sonreído. Entonces me digné a preguntar:

—Pero, ¿por qué? Si la amas, ¿por qué me dejas que me quede con ella?

—Sí, la amo. No lo niego. No sé si más o menos que tú, pero la amo. Pero Niall, eres uno de mis cuatro mejores amigos. Durante dos años nos hemos reído, hemos llorado, nos hemos preocupado juntos. Con las miradas lo decíamos todo. Y no sólo contigo, eso lo sabes. —se calló un momento y entonces soltó de repente—Narry Storan.

Y los dos sonreímos de oreja a oreja, como si Narry fuera real.

—Pero, ¿de verdad que no te importa?

—Sí, sí me importa. Pero eres mi amigo, eso es lo que cuenta.

—Harry, esto me ha llegado, de verdad.

Sara había desaparecido de la conversación por unos instantes.

—Bueno, pues ya está todo arreglado. ¿No?

—Sí.—dijimos Harry y yo al unísono.

Narra Zayn